Ejemplos de hábitos de estudio

Ejemplos de hábitos de estudio que benefician el rendimiento académico

Los buenos hábitos, aseguran al estudiante, obtener un rendimiento académico excelente. Sin embargo, estos deben fundamentarse en el autorreconocimiento de las fortalezas y capacidades por parte del alumnx. Existen estudiantes, quienes aprenden mejor leyendo, realizando esquemas o preparado láminas de Power point y otros lo hacen verbalizando o conversando sobre el tema.

Entre los ejemplos de hábitos de estudio que influyen positivamente en el rendimiento académico, podemos citar los siguientes:

  • Establecer prioridades para el aprendizaje y elaborar un plan de estudio.
  • Crear versiones propias sobre los contenidos trabajados en clase, utilizando la técnica del parafraseo o elaborando un cuestionario.
  • Estudiar, aplicando el método del repaso espaciado, muy útil para memorizar conceptos a largo plazo.
  • Aprender de los errores, revisando las pruebas fallidas y repasando los contenidos que no se entienden.
  • Realizar simulacros sobre un examen o una actividad de evaluación.

Otros ejemplos de hábitos de estudio que determinan resultados académicos exitosos, están realizar la lectura activa, estudiar un poco cada día y descansar bien antes del día del examen, son excelentes hábitos que favorecen adquirir la información. El descanso de calidad, fomenta que el cerebro asimile la información que hemos aprendido y la reproduzca con mayor facilidad.    

Algunos ejemplos de hábitos de estudio que perjudican el rendimiento del estudiante

Al contrario, de los ejemplos citados anteriormente, los malos hábitos influyen negativamente en el rendimiento académico de los estudiantes. Tanto, los relacionados con la inadecuada alimentación y el mal uso del tiempo o la fatiga, como con la falta de un estudio de calidad. En este caso, también existen ejemplos de hábitos de estudio que perjudican el éxito en las actividades académicas.

Algunos ejemplos hábitos de estudio que perjudican el rendimiento académico son:

  • Estudiar el contenido completo la noche antes del examen, lo cual abruma al cerebro por la cantidad de información que debe asimilar y retener.
  • Estudiar con distracciones, como el uso del teléfono, pensar en cosas muy diferentes a los contenidos que debes aprender o en aquellas que generen angustia o estrés.
  • No interesarse en los contenidos que se trabajan en clases o no preguntar al docente sobre las dudas que se tengan con respecto al contendido trabajado, en el momento en que se desarrolla la actividad de aprendizaje.
  • No repasar periódicamente.

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