La publicación muestra cómo identificar a estos niños y traza la atención educativa que han de tener, pues de poco sirve el reconocimiento si no se acompaña de las medidas adecuadas.
Su finalidad es orientar tanto a los centros y a los docentes dentro de sus aulas como a los especialistas y a las familas, siempre con la inclusión como principio fundamental.
Además, el protocolo ofrece bibliografía para ahondar en el tema, un glosario de términos y otras pruebas y cuestionarios para los orientadores.
El estudio diferencia entre precocidad, talento y superdotación, tres términos que confunden fácilmente las personas no especializadas en el tema.
Asimismo, advierte de que en ocasiones las altas capacidades están acompañadas de necesidades de apoyo en ámbitos emocionales, sensoriales o intelectuales como miedos irracionales, obsesiones, fobia a los ruidos, hipersensibilidad a las etiquetas de la ropa o a ciertos tejidos e inquietud mental que provoca desajustes en el sueño.
